Por donde se camine, la imagen es la misma: quioscos, farmacias y comercios atiborrados de estantes con lentes pre graduados que, por unos pesos, garantizan leer de cerca. En los últimos años se importaron millones, tantos que el 50 por ciento de las ventas de gafas se hace en lugares no habilitados. La ley nacional de salud asegura que esto sólo debe realizarse en las ópticas y bajo receta. Pero la realidad es otra.
"Creo que necesito un poco más de aumento porque no llego a leer la letra chica", dice alguien que en un puesto de la calle se prueba anteojos. Confiesa nunca haber ido al optómetra a pesar de usar lentes desde hace ocho años, dice que desde entonces los compra en la calle porque son "más baratos".
Como el son muchas las personas con presbicia, enfermedad que no permite enfocar de cerca, que en vez de recurrir a un especialista se auto- recetan anteojos. "La gente prefiere no buscar su diagnóstico, consume anteojos para ver de cerca porque con eso mejora la presbicia, pero no diagnostica las enfermedades que pueden llevar a la ceguera", dicen los especialistas en salud visual.
Estos lentes hacen la vez de lupa, la mayoría de nosotros conocemos las lupas esto hace que todo se vea más grande pero no significa que sea nuestra formula.
Si vas a comprar unos lentes en la calle y te pruebas unos con supuestamente el aumento de +3.00 vas a ver bien porque es una lupa pero realmente tu visión daría un +2.00 estas obligando a tus ojos a aumentar su problema, así que no haces corrección antes afectas más tu visión.
"La gente lleva un lente de baja calidad, que no respeta las diferencias de cada ojo, con un calibre inexacto y que le evita la primera consulta en la que se pueden detectar enfermedades graves. Los lentes recetados son más costosos, pero necesarios",
"Creo que necesito un poco más de aumento porque no llego a leer la letra chica", dice alguien que en un puesto de la calle se prueba anteojos. Confiesa nunca haber ido al optómetra a pesar de usar lentes desde hace ocho años, dice que desde entonces los compra en la calle porque son "más baratos".
Como el son muchas las personas con presbicia, enfermedad que no permite enfocar de cerca, que en vez de recurrir a un especialista se auto- recetan anteojos. "La gente prefiere no buscar su diagnóstico, consume anteojos para ver de cerca porque con eso mejora la presbicia, pero no diagnostica las enfermedades que pueden llevar a la ceguera", dicen los especialistas en salud visual.
Estos lentes hacen la vez de lupa, la mayoría de nosotros conocemos las lupas esto hace que todo se vea más grande pero no significa que sea nuestra formula.
Si vas a comprar unos lentes en la calle y te pruebas unos con supuestamente el aumento de +3.00 vas a ver bien porque es una lupa pero realmente tu visión daría un +2.00 estas obligando a tus ojos a aumentar su problema, así que no haces corrección antes afectas más tu visión.
"La gente lleva un lente de baja calidad, que no respeta las diferencias de cada ojo, con un calibre inexacto y que le evita la primera consulta en la que se pueden detectar enfermedades graves. Los lentes recetados son más costosos, pero necesarios",